Cómo elegir un controlador de procesos para su aplicación
El uso de controladores en entornos industriales permite garantizar la calidad de los productos de forma segura y eficiente desde el punto de vista energético. Las aplicaciones son tan variadas como los segmentos industriales. No es de extrañar que la oferta de controladores sea amplia y diversa. Entonces, ¿cómo elegir el equipo adecuado para cada necesidad?
Estos son algunos puntos que hay que analizar a la hora de elegir un controlador de procesos.
Compatibilidad y expansión
A la hora de elegir un controlador, hay que tener en cuenta la proyección de futuro. Si se prevé que el proceso se ampliará, el dispositivo debe ser compatible con el funcionamiento actual y futuro. Por lo tanto, es fundamental evaluar la potencia del equipo. Esta información debe formar parte del proyecto.
La cantidad de entradas y salidas es otro punto esencial durante el proceso de elección de un dispositivo para controlar un proceso. Todavía es necesario considerar la facilidad o incluso la viabilidad para instalar y remover el controlador.
Configuración y utilización
Los métodos de configuración de los controladores pueden ser tan variados como la oferta de productos en el mercado. Lo ideal es que la configuración de un controlador sea sencilla e intuitiva, pero en la práctica no siempre es así. Por lo tanto, es importante observar la facilidad de uso del software o de los comandos de configuración de un controlador.
La gran variedad de aplicaciones de los controladores en los procesos industriales pone estos dispositivos en manos de operadores con conocimientos muy distintos. Teniendo en cuenta la necesidad de utilizar diferentes controladores a lo largo del proceso, la complejidad de la configuración aumenta al concluir que es necesario conocer y utilizar un software diferente para cada uno de estos dispositivos. Por lo tanto, la estandarización es interesante y aporta más eficiencia al proceso.
Si tengo diferentes necesidades, ¿necesito varios modelos de controladores?
La duda es bastante común. Las aplicaciones que utilizan controladores en diferentes partes del proceso acaban utilizando equipos variados a lo largo de la cadena. Disponer de productos diseñados para cumplir las especificaciones de cada etapa es una de las ventajas. Pero hay algunas desventajas.
La primera de ellas es la variedad de métodos de configuración y software que se requieren para mantener los equipos en funcionamiento. Los responsables del proceso deben conocer las especificaciones técnicas de cada uno de los controladores.
Sustituir un dispositivo o uno de sus componentes es más complejo cuando hay 2, 3 o más modelos de controladores. En términos de potencia, adaptar los equipos a las nuevas necesidades también puede ser un reto.
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