Buenas prácticas para prevenir la pérdida de agua

¿Sabías que sería posible abastecer al 30% de la población brasileña, durante un año, solo con el agua que se pierde en el camino entre las estaciones y las casas de las personas? El número es bastante preocupante, especialmente si se tiene en cuenta que todavía hay regiones en Brasil que no tienen un acceso adecuado a los servicios básicos de saneamiento. Por lo tanto, prevenir la pérdida de agua es una responsabilidad colectiva que afecta a todos.

¿Cómo se calcula este valor?

Las pérdidas de agua en los sistemas de abastecimiento corresponden a la diferencia entre el volumen total de agua producida en las plantas de tratamiento y la suma de los volúmenes medidos en los medidores de agua instalados en los hogares de los consumidores.

Existen dos situaciones de pérdida de agua, pérdidas físicas, que son los volúmenes de agua que no se consumen, ya que se perdieron durante el trayecto entre las plantas de tratamiento de agua a los clientes. Y las pérdidas no físicas que son el agua que se consume, pero los volúmenes no son contabilizados por la empresa distribuidora, principalmente por irregularidades, como fraudes y conexiones clandestinas.

No hay «pérdida cero». Por muy buena que sea la infraestructura, la operación y mantenimiento del sistema de suministro, está sujeto a pérdidas de agua. Sin embargo, existen algunas acciones que pueden ser tomadas por la población, empresas y gobiernos, para reducir el impacto de estas pérdidas.

Vea algunas buenas prácticas para prevenir las pérdidas de agua:

Las empresas de saneamiento deben:

  • Gestionar la presión en la red, instalando válvulas reductoras de presión en las zonas donde es muy alta, reduciendo y estabilizando las presiones y, así, reduciendo la cantidad de nuevas fugas y el caudal de las existentes;
  • Realizar escaneos en redes y extensiones, para identificar fugas no visibles;
  • Reparar las fugas existentes, visibles y no visibles en redes y sucursales;
  • Renovar la infraestructura, reemplazando redes y extensiones viejas y deterioradas;
  • Ajustar los sectores de suministro, con mejores niveles de presión en las redes y reducción del tamaño de las áreas de control, con el fin de optimizar su operación y mantenimiento;
  • Reemplazar los medidores de agua para obtener una medición precisa de los volúmenes entregados a los clientes;
  • Crear campañas de sensibilización para combatir irregularidades.

La población en general debe: 

  • Denunciar las redes irregulares: además de provocar pérdidas, las conexiones irregulares pueden contaminar el sistema de suministro;
  • Asegúrese de que no haya fugas en su hogar: cierre todos los grifos, duchas y otros equipos que utilicen agua. Si nota que el medidor de agua sigue moviéndose, significa que hay una fuga interna en la residencia;
  • Tenga cuidado al realizar nuevas instalaciones: la idea es que se eviten instalaciones incorrectas y que puedan provocar fugas en el futuro. ¡Siempre contrate profesionales experimentados y confiables!
  • Sea ciudadano: además de utilizar sabiamente los recursos hídricos, cubre a las autoridades de su región para que se haga la inversión necesaria en infraestructura de calidad para evitar pérdidas de agua.

Para que disminuya el número de pérdidas de agua, todos deben tomar medidas. Con las inversiones necesarias en saneamiento básico y acciones preventivas para prevenir la pérdida de agua, es posible mejorar este índice y la calidad de los servicios de saneamiento en general.

 

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